Dios actúa en lo escondido, pero para hacer cosas grandes. Cometemos un error de perspectiva cuando pensamos que Dios no realiza grandes acciones en mí. ¡Todo lo contrario! Cuando Dios actúa, siempre se nota. Corrige este error de perspectiva. Ciertamente, nuestra vida es pequeña, pero es el escenario de la acción divina, que despliega en ella todo su poder y grandeza.