San Ambrosio – Índice
- Visión general
- ¿Quién era San Ambrosio?
- Defensa contra el arrianismo
- Legado
- Oraciones
- Citas
- Patrocinio
San Ambrosio: Visión general
- Nacimiento: 340 d.C.
- Localización: Milán, Italia
- Fallecimiento: 397 D.C.
- Beatificación: N/A (Ante la Congregación para las Causas de los Santos)
- Canonizado: Desconocido (Ante la Congregación para las Causas de los Santos)
- Día de la fiesta: 7 de diciembre
- Patrona de: Milán, los apicultores, las abejas y los fabricantes de velas
¿Quién era San Ambrosio? Teólogo, estadista y doctor de la Iglesia
San Ambrosio de Milán fue uno de los Padres y Doctores de la Iglesia primitiva. Nacido hacia 340 d.C. en la actual Alemania en el seno de una familia cristiana acomodada, Ambrosio se educó en Roma, donde estudió Derecho.
Tras la muerte de su padre, regresó a Alemania e ingresó en la función pública. Contribuyó a dar forma a la doctrina de la Iglesia y desempeñó un importante papel en la cristianización del Imperio Romano. Más tarde conocido como el «Doctor de la lengua de miel», se le recuerda como un líder sabio y compasivo que utilizó su don de predicación divina para servir a Dios y a su pueblo.
En una ocasión, moderó un acalorado conflicto entre arrianos y católicos, y el pueblo lo eligió inmediatamente como obispo, aunque aún no había sido bautizado.
Ambrosio fue finalmente bautizado y sólo ocho días después fue ordenado obispo de Milán. Sin tener ninguna familiaridad previa con la Biblia, Ambrosio practicó fielmente la lectio divina y leyó en oración la Palabra de Dios.
Defensor contra el arrianismo
La controversia arriana fue una importante disputa teológica en la Iglesia cristiana primitiva que duró desde el siglo IV hasta el VI. Los arrianos creían que Jesucristo no era plenamente divino. Argumentaban que Jesús había sido creado por Dios Padre y que, por tanto, estaba subordinado a Dios.
Ambrosio, obispo de Milán en aquella época, fue un firme defensor de la fe ortodoxa, que sostiene que Jesucristo es a la vez plenamente humano y plenamente divino. Sostuvo que Jesús era coeterno con Dios Padre y que, por tanto, era de la misma sustancia que Dios.
Influencia en el desarrollo de la Iglesia primitiva
La defensa de la fe ortodoxa por parte de Ambrosio fue tan decisiva en la derrota del arrianismo que, en 381, el Primer Concilio de Constantinopla declaró que Jesucristo es «de una sola sustancia con el Padre». Esta declaración de fe, conocida como el Credo de Nicea, se convirtió en la norma de ortodoxia de la Iglesia cristiana.
Su papel en la controversia arriana supuso un importante punto de inflexión en la historia del cristianismo. Su defensa de la fe ortodoxa contribuyó a que la Iglesia permaneciera unida en su creencia en la divinidad de Jesucristo.
Ambrosio también desempeñó un papel importante en otros ámbitos de la doctrina cristiana. Escribió sobre diversos puntos teológicos, como la Trinidad, la Encarnación y la Expiación. Sus escritos contribuyeron al desarrollo del pensamiento cristiano primitivo.
Legado
San Ambrosio fue un escritor y orador de gran talento, más tarde conocido como el «Doctor de la lengua de miel » y patrón de las abejas, los apicultores y los fabricantes de velas. Predicaba incansablemente que Jesús lo es todo para nosotros. Lo creía tanto que se refleja en su generosidad con los pobres. Donó todas sus tierras y posesiones hasta no tener más que provisiones básicas.
Ambrosio es famoso por ser el padre espiritual de San Agustín de Hipona, a quien instruyó y bautizó en la fe. Murió en 397, el Sábado Santo, después de recibir la Eucaristía por última vez.
«Deja tu puerta abierta para recibir [God], ábrele tu alma, ofrécele una bienvenida en tu mente, y entonces verás las riquezas de la sencillez, los tesoros de la paz, la alegría de la gracia. Abre de par en par la puerta de tu corazón, ponte ante el sol de la luz eterna».
San Ambrosio, ¡ruega por nosotros!
Oraciones de San Ambrosio
Oración antes de la Misa
Acuérdate, Señor, de tu criatura, a la que has redimido con tu Sangre. Me arrepiento de mis pecados y anhelo corregir lo que he hecho. Padre misericordioso, quita todas mis ofensas y pecados; purifícame en cuerpo y alma, y hazme digno de gustar el santo de los santos. Que Tu Cuerpo y Tu Sangre, que me propongo recibir, aunque soy indigno, sean para mí la remisión de mis pecados, el lavado de mis culpas, el fin de mis malos pensamientos y el renacimiento de mis mejores instintos. Que me incite a realizar las obras agradables a ti y provechosas para mi salud en cuerpo y alma, y sea una firme defensa contra las asechanzas de mis enemigos. Amén.
Oh Señor, que tienes misericordia de todos, aparta de mí mis pecados, y enciende misericordiosamente en mí el fuego de tu Espíritu Santo.
Quítame el corazón de piedra y dame un corazón de carne, un corazón para amarte y adorarte, un corazón para deleitarme en Ti, para seguirte y gozar de Ti, por amor de Cristo. Amén
Citas de San Ambrosio
- «Es mejor salvar almas para el Señor que salvar tesoros».
- «El diablo tienta para arruinar; Dios prueba para coronar».
- «Nadie es bueno sino sólo Dios. Lo que es bueno es por tanto divino, lo que es divino es por tanto bueno».
Santuario
Patrocinio
- Parroquia católica de San Ambrosio (Albion, RI)
- Universidad St. Ambrose
- Iglesia Católica Romana de San Ambrosio (Tucson, Arizona)
- Academia Ambrose (Madison, Wis.)
- Iglesia católica de San Ambrosio (Little Hocking, Ohio)