Ser uno, no dispersarse

Ser uno, no dispersarse

Dios nos invita a participar de su vida divina y a insertarnos en medio del triángulo amoroso de la Trinidad. Se trata de ser uno con él. La unidad es lo contrario de la dispersión, cuando nuestro corazón no anda ni centrado ni recogido en Dios. Esto rompe nuestra armonía interior pues sólo Dios ha de ser el objeto de mi entendimiento y voluntad, polarizando todo mi ser.
    Hallow - Ser uno, no dispersarse