- Nacimiento: 23 de octubre de 1491
- Localización: España
- Fallecimiento: 31 de julio de 1556
- Beatificación: 27 de julio de 1609
- Canonizado: 12 de marzo de 1622
- Día de la fiesta: 31 de julio
- Patrona de: Compañía de Jesús (los Jesuitas), Soldados, retiros espirituales
San Ignacio de Loyola – Vida temprana
San Ignacio de Loyola nació en España en 1491.
Ignacio soñaba con convertirse en un noble apreciado, pero su vida dio un giro radical cuando una bala de cañón le destrozó una pierna en el campo de batalla. La lesión le confinó en una cama de hospital durante varias semanas. Allí descubrió dos libros: uno sobre la vida de Jesús y otro sobre los santos. La lectura de estas obras espirituales le inspiró a entregar su vida a Cristo.
Tras su recuperación, Ignacio se retiró a una cueva y pasó el año en penitencia y oración. Prestaba mucha atención a su vida interior y a los movimientos del Espíritu Santo. Esta experiencia le inspiró los Ejercicios Espirituales (incluido el Examen Diario), una de las grandes técnicas cristianas de oración.
Camino a la santidad
Más tarde, en 1540, San Ignacio reunió a seis compañeros y fundó la Compañía de Jesús, conocida hoy como los jesuitas, la mayor orden religiosa del mundo en la actualidad. Ignacio y sus compañeros, como San Francisco Javier y San Pedro FAber, difundieron el Evangelio sin miedo por todo el mundo.
Su comunidad vive su misión de encontrar a Dios en todas las cosas, enseñar la fe y dar mayor gloria a Dios.
En 2021 se cumplieron 500 años de la conversión de Ignacio y en 2040 los jesuitas celebrarán su 500 aniversario.
Oración de San Ignacio
A San Ignacio se le atribuyen varias oraciones populares, entre ellas la oración por la generosidad:
«Señor, enséñame a ser generoso. Enséñame a servirte como te mereces; a dar, y no contar el costo, a luchar, y no prestar atención a las heridas, a esforzarme, y no buscar descanso, a trabajar, y no pedir recompensa, excepto la de saber que estamos haciendo tu voluntad.»
Así como la oración «Suscipe» (que en latín significa «Recibe»):
«Toma, Señor, recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad, todo lo que tengo y todo lo que poseo. Tú me lo diste todo, Señor; yo te lo devuelvo todo. Haz con él lo que quieras, según te plazca. Dame tu amor y tu gracia; porque con esto tengo todo lo que necesito».
San Ignacio y el Anima Christi
Una de las oraciones favoritas de Ignacio era el Anima Christi:
Alma de Cristo, santifícame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, fortaléceme.
Oh buen Jesús, escúchame.
Dentro de Tus heridas escóndeme.
Separado de Ti que nunca esté.
Del enemigo maligno, defiéndeme.
A la hora de la muerte, llámame.
Y cerca de Ti me pido.
Para que, con tus santos, te alabe por los siglos de los siglos.
Amén.
San Ignacio y su vida de oración
Pide la intercesión de San Ignacio cuando necesites ayuda para discernir una decisión importante. Pídele que rece por ti cuando te estés recuperando de una operación, o cuando te enfrentes a un reto importante.
San Ignacio de Loyola, ¡ruega por nosotros!
Patrocinio
Muchas escuelas primarias, institutos, colegios y universidades consideran a San Ignacio su patrón, entre ellas:
- Universidad Loyola de Chicago
- Loyola Marymount (Los Ángeles)
- Loyola Nueva Orleans
- Iglesia de San Ignacio (NYC)
- Iglesia de San Ignacio (Los Ángeles)
- Iglesia de San Ignacio de Loyola (Cincinnati)
- Iglesia de San Ignacio (San Francisco)