Cuando en Misa, el sacerdote pronuncia las palabras "por Cristo, con Él y en Él" nos está dejando todo un programa de vida. El Señor no me quierer en frente de Él, sino en Él, habitando dentro. La amistad humana es extrínseca, me coloca de frente a los otros, la amistad divina me lleva a la unión con Dios, fuente de vida y santidad.